La resistencia al cambio y la tendencia a conformarse con lo que consideramos “bueno” son comportamientos humanos comunes que dificultan la toma de acción para mejorar. Nos sentimos cómodos en nuestra zona de confort, tememos al fracaso, carecemos de motivación y sentido de urgencia, nos falta visión a largo plazo y experimentamos resistencia al cambio y aversión al riesgo.

Para superar estos obstáculos, es importante desarrollar una mentalidad de crecimiento, establecer metas claras, visualizar los beneficios a largo plazo, generar un sentido de urgencia y buscar apoyo y motivación tanto interna como externa, recordando que el cambio es inevitable en el mundo empresarial y que la mejora continua es esencial para mantenerse competitivo y adaptarse a un entorno en constante evolución.